NUEVOS
Y ACTUALES ANTICOAGULANTES
Durante los últimos 60 años, los
anticoagulantes orales (ACO) que hemos usado y seguimos usando, son los
antagonistas de la vitamina
K (AVK), el acenocumarol (Sintrom) y la warfarina
(Tedicumar). Sabemos que estos fármacos son muy eficaces y muy baratos para su
uso en la prevención de eventos tromboembólicos, pero hemos de reconocer que
tienen una serie de propiedades farmacológicas desfavorables, tales como una
estrecha ventana terapéutica (con el peligro de hiper o hipodosificación),
numerosas interacciones tanto farmacológicas como dietéticas, gran variabilidad
de acción entre distintas personas y en el mismo individuo, y la necesidad de
realizar frecuentes controles. Por ello, durante muchos años, se ha intentado conseguir
nuevos anticoagulantes tan eficaces como los anteriores, pero sin sus
propiedades negativas; fármacos que puedan administrarse por vía oral pero sin
necesidad de controles, sin interferencias farmacológicas ni dietéticas y de
fácil dosificación. Si se consiguen alcanzar estas metas, los nuevos
anticoagulantes se habrán aproximado enormemente al “anticoagulante ideal”.
En este resumido trabajo nos vamos a
centrar en aquellos fármacos cuyo desarrollo clínico se encuentra más avanzado
y ya han sido aprobados por muchas agencias nacionales e internacionales
(incluida la española) para utilizarlos en diversas indicaciones. Entre ellos
se encuentran el dabigatran (un inhibidor directo de la trombina), el
rivaroxaban y el apixaban (inhibidores directos del factor Xa).
Para la utilización de estos
fármacos debemos conocer su vida media, su vía de eliminación y sus posibles
interacciones medicamentosas. En lo que respecta a su vida media hemos de saber
que es mucho más corta que la de las AVK, algo menor de las 24 horas, lo que
tiene importancia en el caso de complicaciones hemorrágicas o de intervenciones
quirúrgicas más o menos cruentas, ya que si
un día dejamos de administrar la dosis correspondiente, el efecto
anticoagulante casi desaparece por completo. Respecto a la vía de eliminación,
el dabigatran y rivaroxaban lo hacen por el riñón y el apixaban, por vía
biliar.
Una de las pegas de estos nuevos
fármacos es la ausencia de antídotos específicos para ellos, pero este problema
pierde relevancia por su corta vida media, como hemos explicado, lo que
facilita su manejo en una complicación hemorrágica. Con sólo suprimir la siguiente dosis diaria o la anterior (en caso
de intervención quirúrgica), puede ceder o se puede prevenir la hemorragia. No
obstante, se siguen buscando los antídotos específicos.
La gran ventaja de estos nuevos
anticoagulantes es que, por su predecible farmacocinética, no requieren
controles de laboratorio. No obstante, en caso de precisar una cirugía de
carácter urgente, puede ser conveniente o necesario saber el grado de
anticoagulación en ese momento, para lo cual, el tiempo de trombina (TT) es muy
sensible a la presencia de dabigatran en plasma y es un buen test cualitativo.
Recientemente se ha comercializado un test consistente en un TT modificado
(Hemoclot), que parece poseer una buena correlación con la concentración
plasmática de dabigatran. En cuanto a los inhibidores directos del factor Xa,
el tiempo de protrombina (TP) parece ser de los más sensibles.
NUEVOS A.C.O. EN CIRUGÍA
ORTOPÉDICA.-La artroplastia de cadera y rodilla fueron las primeras
indicaciones en las que se evaluó la eficacia y seguridad de estos nuevos
anticoagulantes, ya que se trata de intervenciones con un elevado riesgo de
tromboembolismo venoso (TEV).
El estudio con dabigatran en cirugía
sustitutiva de cadera y rodilla, en el que se incluyeron más de 34,000 pacientes,
se denominó RE-VOLUTION. Se emplearon dosis diarias de 150 y 220 mg., al menos
durante un mes y se demostró la no inferioridad de dabigatran oral frente a
enoxaparina (40 mg./día), tanto en la prevención de procesos tromboembólicos
como en procesos hemorrágicos.
El programa de investigación con
rivaroxaban incluyó 4 estudios en fase III (RECORD 1-4), con gran número de
pacientes, demostrando la superioridad de rivaroxaban en cirugía ortopédica, a
dosis fija de 10 mg/día, frente a la profilaxis habitual con heparina de bajo
peso molecular (HBPM). La incidencia de complicaciones tromboembólicas fue
significativamente menor con rivaroxaban y similar, la incidencia de
hemorragias mayores.
Ambos anticoagulantes están
aprobados para su utilización en la profilaxis antitrombótica en artroplastia
de cadera y rodilla. Hay que tener en cuenta el ajuste de dosis de dabigatran
en caso de edad superior a 70 años o insuficiencia renal moderada (está
contraindicado en caso de aclaramiento de creatinina < 30 ml./min.),
mientras que la dosis de rivaroxaban es fija (contraindicado sólo en caso de
Acl.Cr.<15 ml./min.
En cuanto a apixaban, los resultados
del estudio ADVANCE-1 en pacientes sometidos a cirugía de rodilla, no fueron
del todo positivos en comparación con enoxaparina. Los estudios ADVANCE 2 y 3
en pacientes sometidos a artroplastia de cadera y rodilla respectivamente, han
confirmado la eficacia y seguridad de este inhibidor directo del factor Xa a
dosis de 2’5 mg/12 horas, comenzando 12-24 horas después de la intervención. Una
de las ventajas de apixaban se debe a su eliminación preferente por vía biliar,
por lo que su uso en insuficiencia renal implicaría un menor riesgo de
acumulación.
Aunque ni dabigatran ni rivaroxaban
requieren controles de laboratorio, habrá que estar atentos a aquellas
situaciones con mayor riesgo de acumulación (ancianos e insuficiencia renal).
El no precisar controles no evita tener que realizar un seguimiento periódico
del paciente en la consulta para comprobar la correcta evolución del proceso
trombótico y la ausencia de complicaciones relevantes. Hay que educar y
concienciar a los pacientes para que no descuiden su labor preventiva.
NUEVOS A.C.O. EN FIBRILACIÓN
AURICULAR.-El estudio RE-LY aleatorizado, se hizo con 18,113 pacientes con
fibrilación auricular no valvular (FANV) y, al menos, un factor de riesgo
embólico (antecedentes de ictus, accidente isquémico transitorio, embolia
sistémica, fracción de eyección del ventrículo izquierdo < al 40%,
insuficiencia cardiaca, 75 o más años de edad, 65 o más años de edad y diabetes
o cardiopatía isquémica o hipertensión). La eficacia se midió por la
incidencia de ictus o embolia sistémica, y la seguridad, por los eventos
hemorrágicos. Se hicieron tres grupos: dabigatran a dosis de 110 mg/12 horas,
dabigatran a 150 mg/12 horas, y warfarina, durante un periodo de dos años. La
dosis de 110 mg/12 horas demostró una eficacia similar a la warfarina (no
inferioridad), pero con una tasa significativamente menor de hemorragias. La
dosis de 150 mg/12 horas resultó superior a la warfarina en eficacia, con tasa
similar de hemorragias mayores.
La dispepsia fue el efecto
secundario más frecuente (12%) asociado al dabigatran, obligando a la supresión
del tratamiento en algunos pacientes.
CONCLUSIONES
PRINCIPALES DEL ESTUDIO RE-LY:
1.- Dosis de dabigatran 110 mg/12
horas frente a warfarina:
·
Tasas comparables de
ictus/embolia sistémica.
·
Reducción significativa del
ictus hemorrágico.
·
Reducción significativa de las
tasas de hemorragia mayor.
·
Reducción significativa de las
hemorragias totales.
2.- Dosis de dabigatran 150/12 horas frente a warfarina:
·
Reducción significativa del
ictus/embolia sistémica.
·
Reducción significativa del
ictus hemorrágico.
·
Reducción significativa de la
mortalidad vascular.
·
Tasas comparables de hemorragia
mayor.
·
Reducción significativa de
hemorragias totales.
Ya ha sido aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios
(AEMPS) el empleo de dabigatran para la prevención del ictus, advirtiendo que
debe evaluarse la función renal antes de iniciar el tratamiento (contraindicado
si hay insuficiencia renal grave) y durante el tratamiento en pacientes > de
75 años o cuando existe riesgo de deterioro de la función renal.
El principal estudio de rivaroxaban en F.A. (ROCKET-AF) recientemente
publicado, aleatorizado y doble ciego, se hizo con dos grupos: uno con
rivaroxaban a 20 mg/día (15 mg./día en pacientes con ClCr entre 34-49 ml./min.)
y otro con warfarina para mantener un INR entre 2 y 3. Se incluyeron 14,264
pacientes. Por el criterio de eficacia (incidencia de ictus o embolia
sistémica), el grupo de rivaroxaban fue de 2’12%/año y en el grupo de warfarina
fue de 2’42 %/año. Respecto a seguridad (incidencia de hemorragias
graves), el grupo de rivaroxaban fue de 14’90%/año y el grupo de warfarina fue
de 14’5%/año. La mortalidad fue de 1’87%/año en el grupo de rivaroxaban y de
2’21%/año en el grupo de warfarina.
En noviembre y diciembre de 2011, la FDA y la EMA, respectivamente,
han aprobado la indicación de rivaroxaban en F.A.N.V.
Muchos pacientes con FANV y moderado riesgo de embolismo no están
tratados con AVK por el riesgo de hemorragia de estos fármacos y por la necesidad
de efectuar controles con su empleo. Estos pacientes suelen recibir ácido
acetil salicílico (AAS), que es menos eficaz que los AVK, pero presenta menos
complicaciones hemorrágicas.
El estudio AVERROES se diseñó para comprobar si apixaban es superior a
AAS para prevenir el embolismo cerebral
o sistémico en pacientes con FANV. Se incluyeron 5,600 pacientes en tres
grupos. El primero se trató con apixaban a la dosis de 5 mg/dos veces al día.
El segundo se trató con 2’5 mg/ dos veces al día (para pacientes > de 80
años, peso ≤ a 60 kg o creatinina≥ a 1’5 mg./dl. El tercero fue tratado con AAS
a dosis entre 81 – 324 mg/día. Este estudio fue detenido prematuramente debido
a que el apixaban resultaba claramente superior al AAS. En el grupo de apixaban
la eficacia (combinación de ictus y embolismos) fue del 1’6% y en el grupo de
AAS, 3’6%. La reducción del riesgo de ictus y embolismo sistémico con apixaban
fue del 54%.
En el estudio ARISTOTLE se comparó apixaban a la dosis de 5 mg/ dos
veces al día, frente a warfarina con un INR entre 2 y 3. Los resultados de este
estudio mostraron que apixaban era superior a warfarina en la prevención del
ictus y del embolismo sistémico y con menor riesgo hemorrágico y menor
mortalidad.
Nos encontramos a las puertas de una más que probable gran revolución.
Es de esperar que en los próximos meses o años, los nuevos ACO vayan
sustituyendo a la warfarina y al acenocumarol en variadas indicaciones,
especialmente, por lo numerosa, en la FA. Sin embargo ello no va a suponer la
desaparición de las AVK, ya que seguirán existiendo indicaciones para su
empleo, tales como los pacientes con prótesis valvulares mecánicas. El cambio
para las indicaciones en las que han sido aprobados, se deben realizar de forma
progresiva y con precaución. Ese cambio nos debe servir de aprendizaje para
determinar la posición definitiva que deben ocupar estos nuevos fármacos.
Es imprescindible la educación rigurosa de estos pacientes, ya que al
no precisar controles frecuentes pueden descuidar su adecuada vigilancia y
tratamiento. En este sentido, los médicos de Atención Primaria han de jugar un
importante protagonismo en la implantación y control de estos nuevos
medicamentos.
Ramiro Aguilera Vaquero. Médico de la Asociación de Pacientes
Anticoagulados de Granada. Junio de 2012.
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